Friday, February 2, 2007

MEDIOS: TELEVISION

En puerta, una tercera cadena de televisión

Benjamín Belmán

Ante la inevitable entrada a México de una tercera televisora este año, Televisa y Televisión Azteca, casualmente de manera sincronizada y coordinada, orquestaron un nuevo ataque colateral para intentar detener al competidor más fuerte que está por entrar al mercado nacional: Telemundo.

La desesperada estrategia de Azcarraga Jean-Salinas Pliego por impedir la entrada de un nuevo jugador a las ligas del entretenimiento nacional, se basó en difundir, simultáneamente, reportajes que demeritaban a Casa Saba por su distribución mayoritaria de medicamentos.

Este ataque televisivo constituyó golpear, de manera indirecta, a uno de los socios de la NBC en México, Isaac Saba, quien es dueño de Casa Saba y de la productora independiente Grupo Xtra, la cual, junto con Telemundo, conformó la empresa Palmas 26 para solicitar formalmente su incursión a la televisión abierta nacional.

El 15 de septiembre del año pasado, Palmas 26 pidió autorización de la Secretaría de Economía y del gobierno federal para invertir capital extranjero en suelo mexicano, ya que la legislación exige que cualquier empresa foránea que desee incursionar al país debe hacerlo a través de la figura de capital neutro.

Al verse amenazado ante el ingreso de un nuevo competidor, el duopolio televisivo decidió frenar las expectativas de la transnacional colocando en sus principales espacios noticiosos reportajes que colocaban al socio mayoritario de Telemundo, Casa Saba, como una empresa monopólica en el mercado de medicamentos.

Rafael Díaz Granados, director de GE en México, responde a los ataques: “Esto es parte de una estrategia por parte del duopolio Azteca-Televisa que quiere proteger y quiere evitar a toda costa que General Electric y sus socios puedan participar en el mercado de medios”.

General Electric, dueña de NBC, y que a su vez comanda a Telemundo, también fue agredida de manera particular por TV Azteca, ya que según uno de los reportajes difundidos por la televisora del Ajusco, GE había cometido arbitrariedades que la colocaban como una empresa corrupta y desleal.

“TV Azteca tergiversó algo que sucedió con la fuerza aérea israelita hace muchísimos años -señala Díaz Granados-. Esos hechos, nosotros los hemos utilizado para entrenar a cada uno de nuestros nuevos ejecutivos, para asegurarnos de que esta falla nunca vuelva a repetirse. Cuando hay traspiés como estos, nos lo tomamos muy en serio”.

Sin embargo, la batalla por el control televisivo por parte de Televisa y TV Azteca va más allá. A pesar de la insistente recomendación por parte de Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia, en adjudicar a la brevedad el espectro disponible para el desarrollo de nuevos canales de televisión abierta, y de la mayoría de los miembros del Congreso para comenzar la licitación de frecuencias lo antes posible, la televisora de Salinas Pliego sostiene que la firme postura de GE por entrar al país sólo confirma la intención de esa empresa en presionar al gobierno mexicano de que le otorgue una concesión.

Además, Salvador Rocha Díaz, abogado de TV Azteca, señaló que Telemundo no había presentado aún una solicitud formal al gobierno mexicano para operar televisión abierta en México. “El desacuerdo con GE es por sus prácticas que buscan ejercer presión contra las autoridades mexicanas a través de desplegados y cabilderos” indicó Rocha.

Las razones son obvias. La rentabilidad de la señal abierta de televisión es parte de la negativa del duopolio hacia nuevos competidores. Tan sólo el año pasado, la televisión abierta nacional llegó al 91 por ciento de los hogares mexicanos y facturó alrededor de 25 mil 800 millones de pesos, lo que significa casi el 58 por ciento de la inversión total de publicidad en el país.

Televisa encabeza el sistema de televisión en México con 255 estaciones en toda la República, mientras que TV Azteca maneja 180 en territorio nacional. El año pasado, los canales de televisión abierta alcanzaron niveles de audiencia del 53 por ciento, contra el 47 por ciento de televisión restringida; así, Televisa acaparó el 69 por ciento del total del público, contra el 29 por ciento de TV Azteca.

El 13 de diciembre de 2006, el comisionado de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), Gerardo González Abarca, señaló que para poder echar a andar el mecanismo de licitaciones de televisión abierta, se necesitaban más de dos postores, y que hasta ese momento el único que había presentado formalmente su interés era el grupo Palmas 26.

"Hasta donde yo conozco, solo una empresa ha manifestado su interés en esa apertura, y es Palmas 26; pero no se puede abrir un proceso para una sola empresa, hacerlo de esa forma implicaría un otorgamiento directo si en la licitación no hay más participantes", argumentó.

Sin embargo, dos días después, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, descartó que Palmas 26 haya solicitado tal concesión. “Ni Telemundo ni Palmas 26 han hecho solicitud específica alguna para operar una red de televisión nacional que compita con las gigantes Televisa y TV Azteca”.

A pesar de que el funcionario de la SCT indicó que el nuevo gobierno no ha recibido solicitud formal de concesiones por parte de Telemundo, el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Héctor Osuna Jaime, desmintió a Téllez seis días después, al confirmar que la empresa Palmas 26 sí entregó a las autoridades del sector una solicitud para obtener la concesión de una tercera cadena de televisión.

El comisionado de la Cofetel aclaró que en ningún momento se ha negado a emitir una licitación pública del espectro. “Yo no creo que Telemundo sea el único interesado en participar -señaló Osuna-, pero sí es el que ha presentado un documento como empresa”.

Y no es que la filial de General Electric sea la única interesada por incursionar en la competencia por el público mexicano, sino que empresas como Grupo Imagen, de Olegario Vázquez Raña Multimedios de Francisco González; Pegaso, de Alejandro Burillo; NovaMedia, de la familia Cañedo White, y El Universal, de Francisco Ealy Ortiz, aunque buscan también el ingreso al mercado nacional de televisión abierta, ni el capital ni la infraestructura son suficientes. La llegada de un tercer jugador es, sin duda, inminente.

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